¿A dónde va el mundo? ¿Y qué representa este mundo en el que vivimos hoy?
Podemos decir con seguridad que el mundo es algo diferente dependiendo de quiénes somos, ya que cada uno proyecta una imagen holográfica a su alrededor que corresponde a lo que vibra en su interior.
Pero aún así, hay una imagen oculta proyectada, que corresponde a la naturaleza material de la humanidad, una especie de identidad colectiva alimentada por el inconsciente de la mayoría de las personas.
En este momento, muchas cosas están cambiando en la faz de la Tierra. Paradigmas, creencias, hábitos cambian todos los días, sin dirección a la vista.
Esta falta de claridad y seguridad ha dejado a millones de personas viviendo en una montaña rusa de emociones y experiencias, tratando de encontrar un terreno y un norte que les brinde cierta estabilidad y esperanza.
De hecho, es delicado hablar hoy de una predicción de lo que puede suceder en el futuro cercano.
Inmensas fuerzas divergentes chocan entre sí en todo el mundo, trayendo nuevamente a la luz vibraciones de egoísmo exacerbado, aislamiento personal y familiar, patriotismo, racismo y creencias limitantes.
Estos son potenciales reales que circulan en varios planos de energía. Pero no es más que salir a la superficie con grandes potenciales que han estado almacenados en el inconsciente de muchas personas durante mucho tiempo.
Cada persona será responsable de decidir, día tras día, cuál es su posición interna y social en asuntos tan importantes.
¿Quién eliges ser?
¿Qué eliges hacer?
¿Cómo quieres contribuir al futuro de la humanidad?
Y sobre todo ... ¿qué decides no ser, no hacer, no contribuir?
Estamos experimentando un llamado renovado a los valores esenciales de buena convivencia, buena conducta, buenas intenciones, para ti, para los demás, para el mundo.
No es suficiente participar en movimientos por la paz mundial, cuando dentro de ti no logras mantener la paz para ti y para los que te rodean.
No es suficiente practicar la evolución espiritual y el desarrollo personal, cuando los principios reales de respeto, tolerancia, igualdad, humildad, amor, paciencia y entrega a una vida superior aún no se han integrado en la conducta primaria.
La espiritualidad no es una moda pasajera. Es la culminación de una vida dedicada a la superación personal en cada detalle existencial, cada pensamiento, sentimiento, acción, dentro y fuera del hogar, ya sea acompañado o solo.
La espiritualidad es lo que eres, lo que eliges ser. Y no es lo que haces desde una perspectiva egoísta basada en lo que puedes obtener en el mundo material o espiritual porque piensas que eres "espiritual".
La espiritualidad no es un nuevo consumismo energético y multidimensional, donde se aplican técnicas para manipular elementos naturales o sociales y las intenciones del Cosmos para obtener una vida más placentera.
Por supuesto, la vida se vuelve más y más placentera a medida que integramos el Espíritu Superior dentro de nosotros, ya que es de Él de donde proviene todo lo Bueno.
¡Pero nada de esto se puede manifestar realmente en la vida de aquellos que buscan "comprar" a Dios con el objetivo de hacerlo actuar más parcialmente a favor de su propia causa!
Dios tiene su plan. Un plan perfecto, amoroso, pacífico, libre, abundante y espléndido.
Y cuanto más nos conectamos con Él, más se puede manifestar Su Plan.
Pero su manifestación ocurrirá, en cada paso, de acuerdo con sus criterios superiores, y no de acuerdo con los criterios mundanos nacidos de una supuesta espiritualidad mal fundamentada en pseudo-hechos y creencias limitadas sobre lo que realmente es la Gran Espiritualidad.
Se dice que el hombre fue hecho a imagen y semejanza de Dios. Está correcto. Pero a menudo se entiende a la inversa.
No se dice que Dios está hecho a imagen y semejanza del hombre. Y eso es lo que se practica la mayor parte del tiempo.
Es necesario que el ser humano emprenda una voluntad interna verdaderamente dedicada al descubrimiento de lo que es este Hombre que fue creado para la Imagen Divina Perfecta. Esto se encuentra dentro de cada uno. ¡Pero cada uno debe querer descubrir esa Perfección Divina dentro de ellos! Y para eso tiene que sacrificar, día tras día, año tras año, todo lo que lo compone y que no corresponde a la perfección divina.
Hoy en día, las fuerzas de confusión y distorsión actúan alrededor de todos aquellos que no están en guardia, vigilantes y centrados en el verdadero ancla de su Ser Interior. Y será necesario que cada ser humano asuma la responsabilidad personal de trabajar todos los días y fortalecer aún más su conexión superior, para aumentar su protección contra las influencias que pueden desviarse de sus metas más altas.
¡Nada que temer, sin embargo!
Las huestes celestiales de los ángeles y los arcángeles, los maestros de la luz, las guías espirituales y la presencia divina dentro de cada uno, siempre están presentes para ayudarnos a continuar el viaje interior por la vida.
Cada crisis, cada cambio, es solo un paso más en el camino hacia Dios, hacia la conciencia total de quiénes somos, en total unidad con el Creador Supremo.
Y para ayudarnos aún más, podemos parar todos los días, cerrar los ojos, respirar profundamente y pensar en esos maravillosos Seres Divinos que siempre nos acompañan con su Amor, Paz e intuiciones elevadas.
Pedir ayuda al Cielo es la mejor manera de encontrar el norte, sentir el suelo de manera más consistente y constante, y recibir la mejor orientación sobre los pasos a seguir.
Estamos casi a mediados de este año.
Lo mejor está por venir.
¡Que la fe, la esperanza, la buena calma, el discernimiento, la prudencia, la sabiduría y el amor guíen tus pasos!
Un abrazo de Luz,
João Carlos Paliteiro
Canalizando las energías de Maestro Saint Germain y del Arcángel Miguel