Al llegar a mediados de este año, es hora de revisar la senda recorrida hasta aquí y señalar algunas luces en el camino.
Ha sido un año lleno de desafíos, tanto colectivos como individuales.
Inmensas energías nuevas han entrado en el planeta, estimulando la evolución.
También mucha información y códigos espirituales han visitado la Tierra y la humanidad, con el objetivo de ayudar a traer cambios útiles para todos.
Al mismo tiempo, muchas fuerzas opuestas, responsables por las resistências, los obstáculos y las dificultades en la vida, han impedido que las fuerzas de la Luz hagan mejor su trabajo, y esto se debe a los paradigmas y creencias de los seres humanos en general.
Estamos en un momento en que hay mucho que decidir desde el punto de vista colectivo y también por cada uno de nosotros.
Si todos hacen su parte, la vida del colectivo siempre mejorará.
Se requiere coraje y resilencia para enfrentar los desafíos. Y al mismo tiempo, es importante tratar de relajarse, sentirse bien, ligero y tranquilo.
La lucha entre el bien y el mal no puede resolverse con la guerra, con la fuerza o con la victoria del más capaz.
Se resuelve con la tranquilidad interior que nos permite reconocer que esta lucha no existe, es una ilusión. Pero mientras se permanezca en la etapa vibratoria donde se sienten los efectos de esta ilusión, ¡la ilusión se siente muy real!
La tranquilidad, la paz y la unidad con el yo interno de Luz, nos permiten subir las escalas vibratorias y nos ayudan progresivamente a escapar de estas ilusiones de dualidad.
La vida es nuestra gran Maestra, con todo su cuidado y atención hacia nosotros, que nos guía a tomar mejores decisiones todos los días.
Dejémonos guiar por la sabiduría de la vida y emprendamos mejor la forma en que vivimos nuestra vida cotidiana.
La diferencia está en los detalles. Es en los detalles que nos revelamos a nosotros mismos el cuánto nos dedicamos a cambiar, cuanto estamos comprometidos con nuestra evolución y nuestra felicidad.
No es necesariamente en grandes proyectos que encontraremos satisfacción y felicidad. Sí, hay un gran potencial para esto en los grandes esfuerzos de la vida, pero si no nos estamos preparando en las pequeñas conquistas del día a día, puede suceder que cuando algo fantástico nos sucede, perdamos la oportunidad de dar ese salto en nuestras vidas.
Es importante continuar el buen trabajo personal que se ha hecho hasta ahora, a través de muchas almas que se esfuerzan por cuidar de sí mismas y mantener su conexión consciente con la espiritualidad una.
Los meses que siguen hasta el final del año están llenos de incertidumbres. Los conflictos y las divergencias dominan el mundo de hoy, aunque esto no se nota fácilmente a simple vista.
Demasiadas personas están en una euforia incontrolada por haber recuperado su libertad, y no se comprometen con la necesaria protección básica y el respeto por sus propias vidas y la vida de los demás.
¡Pero eso no significa que todos tengan que seguir esta postura!
Es posible ser concienzudo y responsable, seguir cuidando la salud física, mental, emocional y espiritual y hacer esfuerzos para preservar la paz interior y emanar paz a su alrededor. Mismo que eso signifique apagar la televisión con más frecuencia, no contestar tanto el teléfono, no responder a tantos mensajes, no seguir tantas cuentas en las redes sociales, no depender de lo que otros digan o hagan.
Es importante que cada uno continúe buscando consolidar su identidad espiritual, trayendo luz a cada pensamiento, palabra y acción, alimentándose cada día con la sabiduría divina que fluye sin cesar en la conciencia de quienes lo permiten.
Siempre hay desafíos. Pero con la actitud y el enfoque correctos, cada desafío nos forja más sabios y más conectados con la Presencia divina, que siempre nos guía a vivir una vida en armonía con nuestra esencia más profunda en unidad con el Todo.
Estamos siendo llamados a demostrar responsabilidad individual para con el Todo y la Esencia. No esperemos que otros hagan los cambios que todos tienen que hacer para reciclar la conciencia humana. Comencemos a hacer nuestra parte hoy. Y aceptemos con compasión, tolerancia, paciencia y respeto las luchas internas de los demás, ofreciendo siempre que sea posible los resultados de nuestras conquistas internas como un medio de inspiración para facilitar el camino del otro.
¡Les deseo a todos un feliz Julio y un feliz verano o invierno, dependiendo de dónde se encuentren!
Que la segunda mitad del año sea una confirmación de la victoria de la Luz en las conciencias de más y más personas. ¡Porque, uno por uno, seguramente llenaremos este planeta con la luz y el amor que tanto necesitamos!
Un abrazo,
João